viernes, 20 de noviembre de 2009

La Sexadora de pollos: ¡Hasta las bolas!

Queridas petardas todas

Viernes, y ya estoy aquí. Me desconcierta algo que corre en boca de todas y la mayoría de vosotras no sabrá ni lo que son: Las bolas del placer. Ay querida... Para eso estoy aquí. Combatir la ignorancia me pone a tono, y gracias a Dior no es lo único.

Soy consciente de que una chica como yo crea tendencia, porque hablamos aquí sobre algo, y mañana lo retransmiten los chicos del programa de la Noria (Estaré encantada de ir si me invitáis queridos; bajo talonario, claro está).

Resulta que son muchísimas las variantes que tienen estás lindas bolitas, pero todas ellas tienen el mismo objetivo: Hacerte tocar el cielo, ¡No literalmente burra! Eso paras las que hacen yoga. Yo me refiero a sentir que flotas con el orgasmo que te consiguen. Las hay básicamente de dos tipos:

BOLAS CHINAS: Estas son las más comunes y por tanto se generaliza con su nombre englobando al resto de tipos. Son dos bolas independientes o unidas entre si. Con un tamaño standard. De materiales hipoalergénicos (dirigete a la RAE o pregunta a la de tu lado que parece más espabilada que tú): siliconas,, geles, plásticos o metales. Y las podemos encontrar en miles de colores, con y sin vibración.

Son de uso vaginal. Se introducen siempre bien lubricadas (Como todos los juguetes que se basan en la penetración, no acabéis solladas vivas) y su función es estimular los músculos vaginales para conseguir contracciones y estimular el pubococcigeo, ese gran amigo que consigue prolongar los orgasmos. ¡David Cruise no, crazy! Qué te marcó ¿Eh, bonita?

Una vez introducidas tenéis más posibilidades para jugar con ellas y llegar al climax que tops ceñidos hay en mi armario. Algunas mujeres les gusta disfrutarlas mientras andan, y es que el roce de las bolas chinas con las paredes de la vagina son un potente estimulante, déjate las drogas y pásate al sexo. Aunque como son sumergibles la bañera es otra opción que os invito a probar. Ya me contarás la experiencia chata, que sé que no pierdes ripio.

Y las BOLAS THAILANDESAS: Ahora sí chicos, tomad nota. Estas bolas son de uso unisex (¿He dicho qué esta palabra confunde? No es para un solo sexo, sino para todos, así que ahora acuño totisex). Pueden usarla hombres y mujeres porque son para penetración anal. Como sus amigas son de multitud de materiales y también podemos encontrarlas en diversos colores. Son varias bolas del mismo o distinto tamaño unidas por un cordón o en una única pieza flexible del material de turno y obviamente hay que lubricarlas antes (Estas más si cabe, o mejor dicho, sino... No cabe).

Forman parte de un juego erótico en el que se puede participar solo o en pareja, y ya sabéis que con más de uno... Todo es más divertido. ¿O hay alguna de vosotras que coma pipas ella sola? Se trata de introducir el número de bolas que cada persona considere satisfactorio para sí misma, e ir sacándolas en el momento del orgasmo. Esto se hace para que las contracciones que ambos sexos sentimos en el culete (Que fina puedo ser cuando me pongo a dieta) cuando llegamos al climax aumenten y con ellas el tiempo y la intensidad del pleasure.

Quienes las han probado repiten y llegan a convertirlas en sus aliadas para los días de calentón. Os invito a que descubráis cuanto pueden hacer esas bolas por ti, y no me refiero a las gordas de tu escalera, que esas a parte de darte croquetas poco más pueden hacer para darte placer, querida.

Sed malas y si gritáis que sea de gusto.

A ver si alguna se anima y plantea algo que quiera saber de mi punto de vista para la semana que viene en los comentarios del post y en platina@cupidoandaperdido.com

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En resumen: Agradecido y emocionado que diría Lina.